Debe haber voluntad política que coordine y lidere la justa aspiración del pueblo, único beneficiario del agua potable. Y debe haber respetuosa protesta cuando intereses politiqueros pretendan impedir las buenas acciones a favor del Agua Potable.
Cada ciudadano colabora y se educa para el correcto uso que se le debe dar al agua potable.
La misión de la Iglesia es acompañar, motivar, animar y desde la fe, con criterios de caridad y justicia, vigilar para que a todas las familias del campo y del pueblo llegue Agua Potable.
"Sean fuertes y no tengan miedo" la paz una tarea de todos pero afianzada en Dios.
Brotará agua ene el desierto, torrentes en la estepa, el páramo será un estanque y lo reseco un manantial"
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